Lo cierto es que nuestros conocidos, nuestros amigos y nuestros seres queridos nos sobreviven, y a través de ellos también nosotros.
No se trata de lo que tenías, sino de lo que diste. No de lo que parecías, sino de cómo viviste. Y no se trata únicamente de ser reconocido. Se trata de dar a los demás una buena razón para que te recuerden. -Tonya Hurley

lunes, 23 de julio de 2012

Aunque nunca lo quisimos, siempre lo fue.


El tiempo se esfumó, como el humo de tu cigarro.
Se esfumó, al igual que los momentos, las palabras, las sonrisas, las miradas.
Se esfumó todo, menos el recuerdo, avivándose más cada vez que me acercaba sigilosamente hacia aquellos rincones que nos vieron reir y llorar, vivir y perecer en el intento.
Un año después, todo, aunque yo lo creía ya perdido, estaba ahí.
Nada varió porque tú y yo nos dijéramos adiós por última vez.
El tiempo pasa, pero los lugares quedan, anclados, sin importar quiénes sean los que se sienten o se besen sobre ellos.
Aquel rincón apartado seguía ahí y yo sentía que, en cualquier momento, fueses a abrir la puerta y a brindarme alguna de aquellas sonrisas. Sin embargo, tú ya no estabas allí.
Ni yo tampoco.

1 comentario:

  1. Los momentos de la vida se pasan , por eso debemos aprovecharlos al máximo para hacerlos nuestros eternamente :) !! besazos Anita.

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