Lo cierto es que nuestros conocidos, nuestros amigos y nuestros seres queridos nos sobreviven, y a través de ellos también nosotros.
No se trata de lo que tenías, sino de lo que diste. No de lo que parecías, sino de cómo viviste. Y no se trata únicamente de ser reconocido. Se trata de dar a los demás una buena razón para que te recuerden. -Tonya Hurley

miércoles, 13 de abril de 2011

Memories.

Allá lejos. En un vestuario perdido de una ciudad sin nombre.
Son las 8 de la mañana y dos chicas pierden el tiempo tumbándose en dos bancos.
Una frente a otra.
De pronto, la chica de negro empieza a hablar sobre cómo será.
Cómo será ¿qué?
Todo y a la vez Nada.
Empieza a hablar sobre que echará de menos aquello que nunca pensó que extrañaría.
Que echará de menos esas horas muertas en el vestuario, esas sillas mal colocadas, ese ventana sucia, esa clase de ocho personas.
Las dos chicas prosiguen con la conversación.
Ninguna lo dice, pero ambas saben que ellas también se echarán de menos.
Se dicen cosas que  la otra chica que casualmente también va de negro, recordará        con profunda nostalgia en un futuro no muy lejano.
Dicen que falta un mes y medio.
Que desgraciadamente falta un mes y medio para que todo cambie.
Para que se dejen de ver las caras cada día.
Para que un chico que odia los lunes y martes deje de alegrarles cada media hora de recreo.
Para que una pelirroja deje de cantar canciones de Pereza cuando saque el móvil al exterior.
Después del verano, ya no habrá más consejos a las dos de la tarde sobre algo de  vestir santos.
Al empezar el nuevo curso, tres de ellos se irán a comenzar de nuevo.
Las demás, se quedarán en el mismo sitio, aunque ellos también saben que se acerca un fin y un principio indeciso.
Ellas dos piensan, rien, hablan.
Pero las dos en el fondo saben que la que está en frente, tumbada en el otro banco,     se irá marchando poco a poco de su vida.
Y las dos interiormente, piensan que ojalá esa clase, esos profesores, esos amigos, esa situación, ese 2011, siguiera así por mucho tiempo más.
Pero, sin quererlo, la sombra del tiempo las irá tapando, y ellas no son quienes para guardarla en una caja.
Y ese 4º de la ESO, quedará lejos.
Y ese curso, se marchará.
 Y ambas haciendo frente a la realidad, se dicen que ojalá todo lo que les queda sea así de perfecto y que ojalá, indiferentemente al tiempo, se recuerden así, como dos amigas que en un momento pensaron demasiado, adelantando los acontecimientos.
Ojalá todos se recuerden de ese modo, como amigos.
Amigos, porque al final es lo único que importa.



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