Lo cierto es que nuestros conocidos, nuestros amigos y nuestros seres queridos nos sobreviven, y a través de ellos también nosotros.
No se trata de lo que tenías, sino de lo que diste. No de lo que parecías, sino de cómo viviste. Y no se trata únicamente de ser reconocido. Se trata de dar a los demás una buena razón para que te recuerden. -Tonya Hurley

lunes, 17 de enero de 2011

Madrid

Madrid. 15 de enero de 2011.
Simplemente decir que aquí en Madrid, tan diferente de en donde vivo, todo se pierde, se confunde.
Voy por la Gran Vía, no conoces a nadie, nadie te conoce a ti.
Veo gente de todas partes desde Italia hasta Francia y de todo tipo.
No hay un modelo a seguir.
En todo momento hay gente, coches, niños jugando, riendo.
Hay carteles que anuncian el estreno teatral del momento.
En la Plaza Mayor, espectáculos, bares.
Personas que por un segundo pasan a tu lado.
Nuestro destino se cruza.
Pero no te confundas.
Solamente por un segundo compartís algo.
Compartís el tocar el mismo suelo o mirar con indiferencia a la misma gente.
Pero eso será seguramente lo único que compartireis.
Todos con sus propios problemas y sueños ven su destino entrecruzado conmigo o cualquier otro que pase por ahí.
Pero casi ninguno cae en la cuenta de que somos personas completamente diferentes o completamente parecidas que nunca nos llegaremos a conocer o a decirnos una palabra el uno al otro.
Y tampoco solemos pensar que podemos tener mucho o nada común.
Que podemos compartir sueños o realidades a cientos de kilómetros de distancia.
Que podemos compartir conocidos, amigos.
O que en un futuro no muy lejano, podamos llegar a ser mejores amigos o incluso enemigos.
Y todos actuaremos como si nunca nos hubiéramos visto.
Esto solo pasa en las ciudades grandes, como Madrid.
En la mía no.
Y posiblemente sea esa la razón por la que cada vez que voy a Madrid, sueñe como si no hubiera mañana.
Y seguramente una de las razones por las que cada vez que voy, me pierda entre luces, risas y esplendor.
Sé que tampoco será para tanto.
Pero bueno, soy una soñadora empedernida.

Qué le vamos a hacer?


2 comentarios:

  1. Ayyyyy :) Esta entrada me ha llegado!:D Yo soy madrileña, pero por desgracia ya no vivo allí desde hace bastantes años. No hay día que no me acuerde de la Gran Vía y no coja el iPod para escuchar todas esas canciones que me recuerdan a ese mundo. Quizá sea eso de lo que tú hablas, del desconocimiento de todo el mundo allí, lo que más echo de menos. Podías vivir sin pensar en ''qué dirán'' y respirar sin que hubiese alguien midiendo tus movimientos. Por desgracia, vivo en una ciudad pequeña en la que la gente se conoce y aquí no se puede ser uno mismo completamente. Me ha gustado mucho esta entrada :) Yo también te sigo. Un beso

    ResponderEliminar
  2. me alegro mucho q te haya gustado! a mi me encnta tu bloog! :)

    ResponderEliminar